- Obtener vínculo
 - X
 - Correo electrónico
 - Otras apps
 
-MANEJO DE LA IRA-SEMANA 2.
Manejar la ira es algo que, sinceramente, todos deberíamos aprender, pero no siempre es fácil. Yo me he dado cuenta de que no manejo bien mi ira, y cuando me enojo o paso por una situación que me frustra, en lugar de reaccionar con calma o pensar antes de actuar, termino llorando. Es algo que me pasa desde hace tiempo, y aunque sé que llorar no está mal, siento que a veces no es la mejor forma de afrontar las cosas, especialmente cuando necesito resolver un problema o hablar con alguien sobre lo que me molesta. Creo que manejar la ira es importante porque nos ayuda a mantener relaciones más sanas, a no decir o hacer cosas de las que después nos arrepentimos y a sentirnos más tranquilos con nosotros mismos. Cuando uno no sabe controlar la ira, las emociones se mezclan, y uno termina reaccionando sin pensar, ya sea gritando, alejándose o, como en mi caso, llorando sin poder detenerse.
Yo siento que mi forma de expresar la ira está muy relacionada con no saber cómo soltar lo que siento en el momento. Cuando algo me duele o me enoja, se me acumulan muchas emociones juntas: frustración, tristeza, impotencia… y entonces lloro. No es que llore porque me dé pena, sino porque no sé canalizar esa energía de otra manera. A veces me gustaría poder hablar con calma, explicar lo que me molesta y no sentir ese nudo en la garganta que me impide hacerlo. Después de llorar, generalmente me siento agotada, pero también más tranquila, y es en ese momento cuando recién puedo pensar con claridad y buscar cómo resolver lo que pasó. Es como si mi cuerpo necesitara desahogarse antes de poder razonar.
Sin embargo, sé que eso no siempre es lo mejor. En muchas situaciones, reaccionar así me ha hecho sentir débil o poco capaz de controlar mis emociones. Por eso creo que aprender a manejar la ira es fundamental para crecer como persona. No se trata de no enojarse nunca, sino de saber qué hacer con ese enojo. Todos sentimos rabia, frustración o molestia en algún momento, pero lo que marca la diferencia es cómo respondemos ante eso. A veces, respirar, alejarse un momento, o simplemente contar hasta diez puede evitar una discusión o un malentendido. También pienso que aprender a comunicar lo que uno siente sin miedo es parte del proceso, porque muchas veces la ira viene de no sentirnos escuchados o comprendidos.
En mi caso, quiero aprender a expresar mi enojo de una manera más sana, sin que las lágrimas sean lo primero que aparezca. No porque llorar esté mal, sino porque quiero sentir que tengo el control de mis emociones y no al revés. Sé que manejar la ira es una habilidad que toma tiempo, y que requiere práctica, paciencia y autoconocimiento. Pero estoy convencida de que vale la pena, porque cuando uno logra entender por qué reacciona de cierta forma, empieza a tener una relación más saludable consigo mismo y con los demás. Al final, manejar la ira no es solo controlar el enojo, sino aprender a cuidar de uno mismo emocionalmente.
Goleman, D. (1996). Inteligencia emocional: Por qué es más importante que el cociente intelectual. Editorial Kairós.
López, M. T., & Guerrero, M. (2018). Gestión emocional y control de la ira en jóvenes universitarios. Revista de Psicología Educativa, 24(2), 145–157. https://doi.org/10.5093/psed2018a12
American Psychological Association. (2023). Anger management: Strategies to keep anger in check. https://www.apa.org/topics/anger/control
- Obtener vínculo
 - X
 - Correo electrónico
 - Otras apps
 
Comentarios
Publicar un comentario